sábado, septiembre 06, 2025

Conjeturas sobre unas tablas del Monasterio de Valdeiglesias

En los inventarios manuscritos de Zabaleta se cita que en el respaldo de la sillería de coro entrando a la derecha y a la izquierda había ocho pinturas, pero en el inventario con las medidas solo aparecen seis; todas ellas atribuidas a Correa de Vivar. El estado de una de ellas, un San Bernardo con la tabla partida almacenada en el Museo del Prado, podría indicar que no se incluyeron en el listado final por su mal estado de conservación, la otra que no se ha localizado es, según tituló Zabaleta, Santa con monja arrodillada. De esto se deduce que quizás hubiera dos pinturas más de Correa en el Monasterio, pero hasta que no se encuentre el contrato entre los monjes cistercienses y Correa no se podrá saber por cuantas obras se contrató al pintor.

También se citaba: “En el colateral a la izquierda arriba un San Juan Bautista niño”, que podría tratarse de la tabla mencionada como La Virgen con el Niño y San Juan y que es mencionada en el Inventario de la Trinidad con el número 1699 de medidas 45 x 31 cm, anónimo español siglo XVI. Estas medidas son muy coincidentes con las de Zabaleta de 42 x 28 cm.

De igual manera en el comentario manuscrito de Zabaleta se decía en el apartado “Pinturas, bajos relieves y demás” que: “En otra capilla próxima al colateral a la izquierda un Descendimiento, San Juan Bautista y otras pinturas pequeñas en numero de 4 todas en tabla.” En el inventario con las medidas, en esta zona del Monasterio se encontraban Noli me tangere citado por Zabaleta como “La Magdalena a los pies del Señor” de medidas 87 x 195 cm y dos cuadros representando la vida de San Bernardo de 79 x 80 cm. No pequeños precisamente y, sin embargo, hay tres tablas que son correlativas a la mencionada de San Juan Bautista niño en el inventario de la Trinidad que no aparecen en el inventario de las medidas de Zabaleta. Son las siguientes:

Número inventario 1700. Santo Domingo, medidas 105 x 32 cm, anónimo español siglo XVI. Las medidas que actualmente ofrece el Museo del Prado son 109 x 36 cm.

Número inventario 1701. San Juan Bautista, medidas 107 x 22 cm, anónimo español siglo XVI. Las medidas que actualmente ofrece el Museo del Prado son 111 x 25 cm.

Número inventario 1702. La Virgen, medidas 107 x 22 cm, anónimo español siglo XVI. Mismas medidas que las del Museo de Prado.

Tríptico abierto de las tablas. Museo del Prado. 

Cómo se puede apreciar tienen prácticamente la misma altura y colorido similar, aunque las de los lados formaron parte de un ejercicio de restauración y por ello tienen colores más vivos en algunas zonas. Tienen marcas de haber estados unidas formando un tríptico como en la imagen compuesta uniendo las tres piezas. Los engarces del cuadro central y los que quedan en el cuadro de San Juan Bautista son muy parecidos también. Para reforzar la idea de que pudo pertenecer a un monasterio del Cister, la imagen central atribuida a Santo Domingo, recuerda en muchos aspectos a San Bernardo, por el rostro, el báculo, el libro, el cíngulo y el hábito cisterciense también contemplaba un escapulario negro en ocasiones.

Para poder verlos en persona y medirlos, hace unos meses se solicitó esto al Museo del Prado, pero no se pudo confirmar la visita por temas de conservación.  ¿Se olvidó Zabaleta de apuntarlas? ¿Pudieron pertenecer al Monasterio y formar un tríptico abierto? Por el momento, es solo una teoría.



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jueves, mayo 01, 2025

El Misterio de los Tres Relieves III

 Sabíamos cuando los restos de la portada renacentista del Monasterio fueron recuperados por Don Mariano García Benito, ahora sabemos las fechas aproximadas de la llegada de esas piezas a la finca El Alamín.

Hasta ahora no había sido posible localizar fotografías del proceso de construcción de los torreones y las tres puertas con sus arcos de la portada renacentista en El Alamín. Gracias a Don Ignacio Güell sabemos que esta parte ya estaba montada en diciembre de 1954. En concreto, el 8 de diciembre 1954 se celebró la boda entre Don Alfonso Güell y Doña María de los Reyes Merry del Val y estas imágenes son de ese día.


Como se puede apreciar en las fotografías y comparando con otra foto de 1921 de la portada, habían elevado ligeramente la parte del arco central. Las imágenes dejan claro la grandiosidad y majestuosidad que poseía la entrada original al Monasterio cuando se compara con la estatura de las personas y los vehículos de la época. Hasta la fecha, no teníamos esta referencia.

Todavía podemos afinar aún más para conocer en que fechas se desmontó y trasladó la portada renacentista. Una fotografía de la Revista Arte y Hogar en 1948 en un articulo firmado por José María de Cossío sobre la finca muestra una imagen frontal de la capilla y en el lado de la izquierda se puede apreciar casi de forma concluyente que la estatua de la Virgen junto con sus ángeles a los pies de la fachada barroca del Monasterio ya estaba allí. Don Ignacio Güell me confirmó de forma definitiva hace unos días que en ese lugar “es donde estaba la estatua”. Dado que una foto aérea del Monasterio entre 1945-1946 muestra la portada renacentista aún en el exterior del convento, podemos concluir que fue entre 1947 y 1948 aproximadamente cuando se trasladaron la estatua y la portada a Toledo.

En cuanto a la propiedad del Monasterio, hay un vacío entre 1913, fecha en que los hijos de los primeros propietarios del Monasterio tras la desamortización Don Ignacio José Escobar, Marques de Valdeiglesias, y su mujer, Doña Francisca Ramírez Maroto, adquieren el Monasterio y 1951, fecha en la que Juan Claudio Güell vendió el Monasterio. Por el momento, no ha sido posible averiguar cuando el Marqués de Comillas lo compró a la familia Escobar. 

Los relieves y el resto de piezas de la portada ya no aparecen en estas imágenes. Para saber si fueron depositados una zona determinada de la finca se solicitaron las imágenes disponibles de varios vuelos al Instituto Geográfico Nacional por la zona en diferentes años. En unos casos por la escasa resolución de las cámaras de la época y en otros porque no es posible distinguir en la escala en grises si estos restos se depositaron en la zona de la finca conocida como “la era”, lugar de donde Don Mariano recogió las piezas actualmente en el Monasterio. Solo en una fotografía en color y tomada con el sol ya al atardecer se pueden observar los restos en la zona indicada. Esa imagen es de noviembre de 2002, unos años después de la recogida de las piezas. Hay otra imagen precisamente del 20 de abril de 1991, es decir, solo cinco días después de que estuviera Don Mariano recuperando las piedras en la que no se puede más que intuir que había algo en el suelo. Imágenes más recientes muestras esa zona ya limpia. Una pregunta interesante de responder sería, ¿qué pasó con el resto de esos granitos tallados por los canteros del Monasterio y que no se usaron para nada?

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sábado, abril 19, 2025

El Misterio de los Tres Relieves II

Más detalles sobre los relieves perdidos de la portada renacentista del Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias

Para entender el trabajo que debió costar a los canteros realizar esta magnífica portada aquí os doy unos datos y las descripciones de los relieves desaparecidos:


Escudo imperial, con las medias del escudo cisterciense tomadas en el Monasterio: alto 108 cm, ancho 90 cm y profundidad 44 cm. Teniendo en cuenta la densidad del granito, nos da un peso aproximado de 1.100 kilogramos. La descripción del escudo imperial de Carlos I de España y V de Alemania (1500-1558) se corresponde con un águila bicéfala con una corona y los escudos de diferentes reinos entre ellos el de Castilla, León, Navarra y Aragón.

    

Relieves de San Bernardo de medidas aproximadas alto 135 x 115 x 45 cm y un peso aproximado de 1800 kilogramos. Las descripciones del situado a la derecha de la estatua de San Bernardo es la de un Cristo bajándose de la cruz para abrazar al santo con sus manos apoyadas en los hombros y el que está a la izquierda se corresponde con el acto de lactación de la virgen a San Bernardo.

En la búsqueda de estos relieves consideré que había una posibilidad de localizarlos en otra finca que poseía en Casatejada (Cáceres) Don Juan Claudio Güell conocida como el Palacio de las Cabezas en proceso constructivo casi al mismo tiempo que la finca El Alamín. Se trata de un palacio neogótico al estilo centroeuropeo donde unos relieves de estas características no desentonarían, dado que también posee una capilla y una torre visible desde la autovía EX-A1.

Antes de seguir, el lugar tiene una placa dedicada a un acontecimiento histórico que decidió el futuro de la monarquía en España. En dos ocasiones el Marqués de Comillas se reunió con el dictador Francisco Franco y el Conde Barcelona, Don Juan de Borbón, abuelo del Rey Felipe V entre los años 1954 y 1960, para decidir si se restauraba o no la monarquía en España. El lugar quedaba a medio camino entre Madrid y Estoril, lugar de residencia del Conde de Barcelona y permitía ser discretos para asuntos de estado.

Tras una reunión con Don Ignacio Güell, este preguntaría a su familia si tenían idea de si esos relieves se encontraban en ese lugar. Finalmente, no tenían conocimiento de ello.  Por otro lado, a través de un documento de la Universidad Complutense encontré un contacto con una guardesa que había trabajado para la familia en ambas fincas y me confirmó que no había visto esos relieves en las fincas mencionadas.

Revisando un artículo del ABC sobre una boda celebrada en El Alamín en los años 60 descubrí que el abuelo de la presidenta del Banco Santander, Doña Patricia Botín, asistió a ese evento como amigo del Marqués de Comillas. No había que descartar que esas piedras fueran entregadas a algún amigo para otro lugar. Amablemente, me contestó al correo para indicarme que lo investigaría. No tengo más noticias por el momento.

Estas imágenes fueron pintadas por diversos autores, pero las que más se aproximan son las correspondientes a las realizadas por Francisco Ribalta y Alonso Cano, aunque representaron a San Bernardo de una forma más idealizada. Continuará.

Cristo abrazando a San Bernardo, de Francisco Ribalta. Museo del Prado.

San Bernardo y la Virgen, de Alonso Cano. Museo del Prado.

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miércoles, febrero 12, 2025

El misterio de los Tres Relieves I

No se trata del título de una novela del siglo XIX protagonizada por un detective o cazatesoros en la Inglaterra de la revolución industrial. Se trata de una intriga que comienza en el Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias en los años 50 del siglo XX. Durante unos años, Don Juan Claudio Güell fue el propietario del Monasterio y como ha quedado documentado, trasladó la portada renacentista y la Virgen de la fachada barroca a su otra propiedad, en la Finca El Alamín en Toledo.

 
Casi todos conocemos la historia de que fue Don Mariano García Benito quien recuperó algunos elementos de esa portada, los cuales se pueden contemplar en el Monasterio nada más entrar, unas piezas de granito, una estatua de San Bernardo y un escudo cisterciense. Sin embargo, los tres arcos que formaban parte de esa puerta de entrada al Monasterio, se quedaron en Toledo formando parte de la entrada a la vivienda junto con dos torreones de piedra que se situaban a sus lados derecho e izquierdo.

Antes de continuar, hay que esbozar cómo y cuándo recuperó esas piezas Don Mariano. Primeramente, hay que decir que el Sr. Claudio Güell depositó las piezas que le sobraron en una zona de la finca El Alamín conocida como “la era”, porque en los viejos tiempos era donde se plantaba el trigo. En concreto, la estatua de San Bernardo, estuvo debajo de una encina centenaria con la cabeza del tronco y, los hijos de Don Alfonso Güell, Ignacio y Pablo, iban allí a jugar cuando eran niños. En un encuentro personal con Don Ignacio, me expresó la impresión que le causaba ver la cabeza desprendida de San Bernardo y el agua de la lluvia que se acumulaba en uno de los pliegues del hábito, en donde falta la mano derecha, ya que la estatua se encontraba tumbada boca arriba.

En los archivos custodiados por Don Enrique Jurado Galván, Don Mariano contó lo sucedido, y junto con el relato de Don Ignacio Güell conocemos cómo se produjo la devolución. Dada su profesión de arquitecto, Don Mariano tenía un amigo común con Don Alfonso Güell, quien intercedió para que Don Mariano pudiera recoger las piezas en la finca. En concreto, el 15 de abril de 1991, Don Mariano fue acompañado de Don Pablo Güell en su visita a la finca para la recogida de las piezas más relevantes.

Don Mariano escribió posteriormente la siguiente nota "su hijo el Marqués de Comillas me devolvió la parte alta de la portada que no llegaron a instalarla a falta de unos relieves que figuran en fotos." Posteriormente, escribió una nota de agradecimiento a la familia Güell por devolver estas piezas al Monasterio.  Los relieves que no fueron devueltos a los que se refería Don Mariano eran un escudo imperial monárquico de Carlos V, y dos relieves de mayor tamaño que acompañaban a derecha e izquierda de la estatua de San Bernardo (aproximadamente con medidas 1’20 x 1 metros). Estos relieves representaban El abrazo de Cristo a San Bernardo y La aparición de la Virgen a San Bernardo. En la exposición Darse la Mano del Museo del Prado, que estará abierta hasta el dos de marzo de 2025, hay dos cuadros con esta temática de Francisco Ribalta y Alonso Cano. No sabemos, sin embargo, qué pasó con el tímpano y el escudo circular dentro de este.

La pregunta del millón es ¿qué pasó con estos tres relieves de piedra? Don Mariano no los vio en El Alamín e Ignacio Güell no recuerda qué pudo pasar con ellos. Como detalle curioso, en el libro del Monasterio en las páginas donde se levantan los planos de la portada renacentista, estos elementos están en blanco. Quizás este artículo pueda llegar a los propietarios de esas piezas y poder saber dónde se encuentran actualmente.

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